viernes, 22 de octubre de 2010

llegan los hermanos al peru

En sintonía con el Espíritu legado por san Juan Bautista de La Salle que ha sostenido a la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas durante más de tres siglos, el modelo educativo lasallista es la expresión de una espiritualidad en la que la fe acompaña todo el proceso educativo (espíritu de fe) y por la que todos los procesos se hacen con dedicación y entrega, buscando optimizar servicio en cada acción (espíritu de celo) porque se asume que la labor educativa es parte de la acción salvadora de Jesús (ministerio educativo). Estas dimensiones de la espiritualidad se expresan en los siguientes rasgos que definen la educación lasallista.


1. EDUCACIÓN CRISTIANA: CONFESIONAL CATÓLICA

La educación lasallista tiene como pilar y referente fundamental su carácter confesional. Es una educación cristiana por excelencia. La Salle logra hacer de esta condición un modelo pedagógico que ha generado y acompañado el movimiento lasallista hasta la actualidad. Por lo tanto, no sólo es una escuela donde se enseña el cristianismo, sino donde se aprende a ser cristiano y, desde esa cualidad, se forman personas que se integran a su sociedad para mejorarla. La educación cristiana lasallista rompe con el formalismo de una “educación religiosa” ya que logra integrar en su modelo educativo la fe con la vida. San Juan Bautista de La Salle lo resumía al recomendar: “No hagan diferencia entre los deberes propios de su estado (dimensión humana) y los de su propia salvación y perfección (dimensión religiosa)”.

En este sentido la escuela lasallista se comprende como lugar de encuentro con Dios. Esto implica una doble dinámica de fe que supone que los educadores descubran el rostro de Jesús en sus educandos y, en el otro sentido, que los educandos encuentren a Dios en sus maestros y en las acciones educativas que la escuela promueve.


2. EDUCACIÓN IMPARTIDA CON “CELO ARDIENTE”

Hacer que la escuela “marche bien”, es el modo de responder a la voluntad de Dios que quiere que todos sus hijos lleguen al conocimiento de la verdad y se salven. Por ello, la dinámica de fe descrita en el punto anterior hace que la propuesta educativa de La Salle responda a las necesidades inmediatas de los estudiantes con una convicción que únicamente la fe puede dar. Por ello los educadores lasallistas se esfuerzan no solo por garantizar el desarrollo espiritual de sus educandos, sino también y, con el mismo celo, por dotar a sus estudiantes de las capacidades necesarias para mejorar su condición social, económica y cultural.

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